Feliz Carnaval

Queridas groupies: En estas fechas tan señaladas sólo podemos desearos un Feliz Carnaval. Es lo menos que podemos hacer. Para tan magno acontecimiento, Antonio irá de lentejuela número 27 según se empieza a contar desde el sobaco izquierdo de Massiel cuando actuó en Eurovisión, dirección hacia la teta, por supuesto, mientras que Olayo optará por un sencillo y elegante diseño llamado "huevos rotos con chorizo". Como siempre, por si alguien albergaba algún tipo de duda, serán las estrellas del acontecimiento. Los paparazzis acabarán con las existencias de carretes y los narcos colombianos tendrán que hacer horas extras. Querida Paris, nunca les podrás hacer sombra.

Atrapados (Trapped)

Queridas groupies: La semana pasada quedamos atrapados en un ascensor (sí, sí, como el pingüino) y, como lo pasamos tan súmamente bien, hemos decidido que no será la última vez que nos veamos en una de ésas. Intentaremos coincidir una vez por semana en el mismo ascensor para hablar de nuestras cosas. No sabemos si saldrá algo de todo esto o no pero, lo que es seguro, es que las carcajadas se escucharán desde el portal.

A nosotros nos dieron dos

Queridas groupies: No podemos continuar nuestra existencia con este peso en nuestras espaldas. Ayer os mentimos. O mejor dicho, no dijimos toda la verdad, que para el caso es lo mismo. Cuando estuvimos en la gala de los Ondas no nos trajimos un premio. Al final cogimos dos. Pero lo hicimos para reparar otra injusticia, porque a nuestros compañeros de La Taberna del Irlandés también les hicieron el avión. Ahora ellos pueden bailar la danza de la lluvia alrededor del Ondas al Mejor Artista Flamenco Revelación. Si alguien se lo merecía, eran ellos.

Nos llevamos un Ondas

Queridas groupies: Ayer se entregaron los Premios Ondas y, en contra de lo que nos habían dicho, al final no nos lo dieron. Olayo iba vestido con un esquijama de color canela y Antonio llevaba un traje de lagarterana. Ya que nos habíamos vestido así, teníamos que aprovecharlo, así que robamos un premio. No nos lo dais, pues lo robamos. Con dos cojones. Lo malo fue que, con las prisas, no nos fijamos en el premio que nos llevamos. Ahora tenemos el Ondas a la mejor película de habla no inglesa en nuestro cuarto de baño. Eso sí, no veáis cómo luce.