Los Manolos

Los Manolos son dos pilotos de avión, alcohólicos y drogadictos. En realidad son tres pero, el tercero en discordia, quien da nombre al grupo, Manolo, nunca habla. Los otros dos, ahora que lo pensamos, no tienen nombre pero bueno, para nosotros siempre serán Los Manolos. Envueltos en multitud de situaciones, ya sea a bordo de un avión o en plena selva amazónica, sus diálogos están siempre llenos de sabios consejos. Como muestra, un botón... "Manolo... Manolo... creo que no respira... señorita, rápido, el equipo de reanimación, 500 mililitros de diacepán sódico, una jeringuilla de adrenalina, mis gafas, unos guantes de látex, hielo, un par de vasos largos, ginebra y mucha tónica... Manolo, ¿tú quieres algo?"

El informativo pijo

Desde esta sección, Vanessa y Cayetana, la Vane y Caye para las amigas, es decir, todas vosotras, nos acercan la actualidad más rabiosa. Eso sí, desde su perspectiva. Y su perspectiva es la de su amada BS (Britney Spears, para quien no tenga estudios) o su ídola Vicky Beckham. Ellas, la Vane y Caye, son chicas de hoy en día, que saben lo que quieren, amigas de sus amigas y, sobre todo, de los novios de sus amigas. Ellas, que tardan lo mismo en cambiar de novio que de camisa, analizan la actualidad con sus siempre certeros y afilados comentarios, aunque muchas veces esa actualidad se circunscriba a sus últimos escarceos amorosos. Deslenguadas, soeces, groseras pero, sobre todo, muy simpáticas y súper súper fashion (o sea, os lo juramos por Dior y la Vírgen de Versace), ellas se encargan de desgranar la actualidad en este Menú. Con estos niveles de información, ¿entendéis ahora que no subamos los precios?

Las secciones del pograma

Queridas groupies: Ante vuestra insistencia y, como sabéis que no os sabemos decir que no, vamos a realizar un desglose de los diferentes platos que forman el menú. Eso sí, no esperéis un análisis estructurado porque, como bien sabéis, nosotros siempre somos los primeros sorprendidos del resultado del programa de cada sábado. De todos modos, las secciones más o menos fijas, son las siguientes: informativo pijo, ocultismo, documentales, consultorio sentimental, el cine es la hostia, carrusel y chiste histórico. En los próximos días, si nuestros compromisos hollywoodienses nos lo permiten, procederemos a desglosar las secciones mencionadas. Todo sea por vosotras. Besos muy negros.

Excusatio non petita...

Queridas groupies: Hoy toca leer, sólo un poquito de verdad. Prometido. ¿Preparadas? Allá va... "Hace unas semanas me encontraba en Alicante, bendita tierra donde la minifalda tiene el tamaño de un cinturón, celebrando el cumpleaños de un amigo cuando, a última hora de la noche o primera hora de la mañana, sucedió una de esas anécdotas que sólo pueden suceder a esas horas del día. Salíamos del penúltimo bar (siempre es el penúltimo, el último será cuando nos vayan a poner el pijama de madera) camino a casa cuando, de repente, algo captó nuestra atención. En un ventanal de un segundo piso, una muchacha se contoneaba al ritmo de la música que debía sonar en su piso porque, por supuesto, desde la calle, no se escuchaba nada (esa costumbre que tenemos los mediterráneos de dar voces, sobre todo cuando se han bebido unas cuantas copas). Calculamos el piso en cuestión de milisegundos y, al momento, ya estábamos llamando al portero automático. Sorprendentemente, nos abrieron y, evidentemente, subimos. Llegamos a la puerta del piso sin saber muy bien qué nos íbamos a encontrar y pusimos el dedo en el timbre con, todo hay que decirlo, más miedo que vergüenza. Nos abrieron la puerta cuatro muchachas, entre ellas, la bailarina que, sin mediar palabra y sin que nosotros dijéramos “buenas noches” o lo más parecido que hubiéramos sido capaces de articular a esas intempestivas horas en las que la lengua tiene la consistencia del bizcocho recién hecho, nos saludaron con la siguiente frase que, debido a que se grabó a fuego en mi memoria, puedo citar textualemente: “no os confundáis... no somos putas... sólo lo estamos pasando bien...” En ese momento, recordé lo que siempre he escuchado a mis amigos los abogados... “excusatio non petita, accusatio manifesta”. No creo que haya nada más que añadir."

Ansiedad (de tenernos a vuestro lado)

Queridas groupies: Sabemos que estáis tan ansiosas como Pocholo recluido en un monasterio budista pero, tranquilas, que todo llega. Después de unas semanas en las que, es cierto, a vosotras no os lo podemos ocultar, hemos estado cerrando flecos de lo que será, sin duda, el acontecimiento cinematográfico del año, Menú del día 9.50: The movie, volvemos a sentarnos delante de un micrófono para daros lo que os merecéis y tanto nos habéis reclamado. Eso sí, aún deberéis tener un poquito de paciencia. Antonio está finalizando su periodo de desintoxicación mensual en una finca segoviana, mientras que Olayo medita seriamente la idea de montar una granja-escuela para los pulpos desfavorecidos en el litoral australiano. Pero, tranquilas, que todo llegará.