Unos que se van y otros que siguen

Como todas vosotras pudistéis comprobar, este pasado sábado fue un día especial, como casi todos, por otra parte, pero en este ocasión de verdad, porque, como se suele decir, "algo se muere en el alma cuando un amigo se va". Y, en este caso, no es un amigo, sino varios, con lo que el dolor es mayor. Nuestros compañeros y, sin embargo, amigos, es decir, nuestros teloneros, los chavales de "Qué verde era mi valle", deben volver a las madrigueras de las que proceden para pasar el verano a la sombra. Han sido muchos sábados dándonos paso mutuamente, compartiendo experiencias hasta que, finalmente, las autoridades judiciales han decidido denegarles el régimen abierto y deben volver a Meco, al módulo 3, para aquéllas que queráis hacerles una visita cosa que, sin duda, agradecerán, porque las pastillas de jabón que les dimos en la despedida se les agotarán enseguida... los chavales tienen mucho vicio, pero hay que quererles de igual manera. Como suele pasar, las cosas se ven venir de lejos y como estos muchachos, al igual que los del Equipo A, eran perseguidos porque, sin duda, algo habrían hecho, ahora deben volver a disfrutar de la camaradería en las duchas con sus compañeros de promoción. Echaremos de menos vuestros deslumbramientos y, por qué no decirlo, vuestras melodiosas voces. Chicos, aunque hayáis hecho algo, nosotros os seguimos queriendo. Os lo juramos por Esnúpi.